Curioseando en la red he encontrado este vídeo que corresponde al famoso “encierro de la villavesa” de hoy 15 de Julio, en el que precisamente lo que no hay es villavesa. Lo cuelgo para que quién quiera lo vea, lo comparta o lo comente.
No sé que es lo que me ha pesado más, si la estética militarista o las cargas policiales que se están viviendo en estas últimas épocas y en especial en los últimos días, con las movilizaciones de mineros y funcionarios, pero sí que ver esa espera de la policía y esas cargas desproporcionadas, además de impactada, me han dejado aterrada.
¿Qué momento social y político, estamos viviendo en este país, para que ante un grupo de gente - igual no veo bien- pero parece que alegre y con algún trago, hecho que no voy a aplaudir y que tras 8 días de fiestas, intenta prolongar unas cuantas horas una diversión tan celebrada “mundialmente”, como lo son los Sanfermines, se actúe reprimiéndoles de esa manera, al más puro estilo de épocas que a más de algun@ nos serán familiares?
No salgo de mi asombro y trato de asimilar que esto haya ocurrido hoy en Pamplona, una ciudad en la que tan solo unas horas antes, era la “Ciudad sin Ley” y que lo ha sido durante ocho días. Ciudad, en la que desde hace años todo vale: desde subirse completamente borrachos a la fuente de la Navarrería, para luego tirarse como auténticos Kamikazes, incrementando el gasto en atención sanitaria –lo que requeriría un análisis aparte-; hasta hacer el acto sexual a las cinco de la tarde, dentro de un coche a la vista de quien lo quisiera ver, en una calle de un barrio bien céntrico, concurrido y transitado, tanto por personas de edad, como por menores; o promocionar un Chupinazo, con ventanas al mundo, en el que una de las imágenes que trasciende y queda en la retina, es esa en la que a una mujer subida sobre los hombros de un hombre, aparentemente bajo los efectos del alcohol, con el torso desnudo y mojada con vino, numerosas y babosas manos le agarran los pechos, le soban y la manosean. Escena que por otra parte, flaco favor nos hace a las mujeres, pues ni la liberalización de las mismas, ni los logros conseguidos, creo que se hayan ganado, ni hayan ido por esos derroteros.
Es posible que todo sea fruto de la doble moral, en la que estamos instalados y casualidad o no, cualquiera sabe, que en unas escenas l@s protagonistas parecen –no digo que lo sean- tener rasgos que les confieren un origen anglosajón y en la otra, en la de la villavesa, PTV o NTV o ciudadan@s que sin ser PTV o NTV, lo sean porque llevan los suficientes años asentados o unidos a Pamplona y a Navarra, lo que les hace sentirse exactamente igual.
No quiero pensar que para los primeros todo valga y se les permita porque “nos traen dinero”, como si de Reyes Magos se tratara y a los segundos, se los reprima, porque es lo que nos espera en “el Nuevo Orden” que se está instalando e imponiendo en este país.
No sé que es lo que me ha pesado más, si la estética militarista o las cargas policiales que se están viviendo en estas últimas épocas y en especial en los últimos días, con las movilizaciones de mineros y funcionarios, pero sí que ver esa espera de la policía y esas cargas desproporcionadas, además de impactada, me han dejado aterrada.
¿Qué momento social y político, estamos viviendo en este país, para que ante un grupo de gente - igual no veo bien- pero parece que alegre y con algún trago, hecho que no voy a aplaudir y que tras 8 días de fiestas, intenta prolongar unas cuantas horas una diversión tan celebrada “mundialmente”, como lo son los Sanfermines, se actúe reprimiéndoles de esa manera, al más puro estilo de épocas que a más de algun@ nos serán familiares?
No salgo de mi asombro y trato de asimilar que esto haya ocurrido hoy en Pamplona, una ciudad en la que tan solo unas horas antes, era la “Ciudad sin Ley” y que lo ha sido durante ocho días. Ciudad, en la que desde hace años todo vale: desde subirse completamente borrachos a la fuente de la Navarrería, para luego tirarse como auténticos Kamikazes, incrementando el gasto en atención sanitaria –lo que requeriría un análisis aparte-; hasta hacer el acto sexual a las cinco de la tarde, dentro de un coche a la vista de quien lo quisiera ver, en una calle de un barrio bien céntrico, concurrido y transitado, tanto por personas de edad, como por menores; o promocionar un Chupinazo, con ventanas al mundo, en el que una de las imágenes que trasciende y queda en la retina, es esa en la que a una mujer subida sobre los hombros de un hombre, aparentemente bajo los efectos del alcohol, con el torso desnudo y mojada con vino, numerosas y babosas manos le agarran los pechos, le soban y la manosean. Escena que por otra parte, flaco favor nos hace a las mujeres, pues ni la liberalización de las mismas, ni los logros conseguidos, creo que se hayan ganado, ni hayan ido por esos derroteros.
Es posible que todo sea fruto de la doble moral, en la que estamos instalados y casualidad o no, cualquiera sabe, que en unas escenas l@s protagonistas parecen –no digo que lo sean- tener rasgos que les confieren un origen anglosajón y en la otra, en la de la villavesa, PTV o NTV o ciudadan@s que sin ser PTV o NTV, lo sean porque llevan los suficientes años asentados o unidos a Pamplona y a Navarra, lo que les hace sentirse exactamente igual.
No quiero pensar que para los primeros todo valga y se les permita porque “nos traen dinero”, como si de Reyes Magos se tratara y a los segundos, se los reprima, porque es lo que nos espera en “el Nuevo Orden” que se está instalando e imponiendo en este país.
